Antología áurea. Biografía sintética: Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695)



Los Siglos de Oro concluyeron de este lado del Atlántico, en la Nueva España, con un caso absolutamente excepcional. Juana Ramírez nació en San Miguel Nepantla, una hacienda al sur de la Ciudad de México. En la Respuesta a sor Filotea, valiosísimo documento autobiográfico, sor Juana cuenta cómo aprendió a leer a los tres años y cómo desde muy chica la devoraba el deseo de conocerlo todo. La suya era, ante todo, una vocación intelectual. Fue llevada a la corte virreinal, donde deslumbró a los sabios de la época, que la sometieron a examen a petición del propio virrey, el marqués de Mancera. Se hizo religiosa, no por tener genuina inclinación, sino porque rechazaba el matrimonio y aquel era el único estado que le permitía seguir con sus estudios y mantener cierta independencia. Con la llegada en 1680 de los nuevos virreyes, el marqués de la Laguna y su esposa, la condesa de Paredes, empezó una etapa de esplendor para la monja. Los recibió con el suntuoso arco triunfal del Neptuno alegórico y a partir de ahí fueron sus amigos y protectores. Previsiblemente, el brillo de sor Juana provocaba envidias y la censura de quienes creían que se dedicaba demasiado a la poesía profana. Hacia 1690 escribió el único texto que, según ella misma, compuso por gusto, El sueño, su obra maestra y la culminación de los Siglos de Oro. Imitación de Góngora e inconcebible sin las Soledades, la orientación y el contenido intelectual del poema, que trata de la aspiración de conocer, son lo propiamente sorjuanino. Nadie como ella reunió la facultad poética y el deseo del intelecto. En 1695, tras una dramática crisis espiritual y presiones externas que la alejaron de las letras, sor Juana murió atendiendo a las víctimas de una epidemia de peste.

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